30 noviembre 2014

Ganadores Redacciones de Terror 2014-Secundaria

         Nadie me cree lo que pasó ese día en aquel apartamento, pero lo contaré. Era un día era como otro cualquiera, mis primos y yo estábamos como siempre jugando a la Play. Eran las dos de la madrugada cuando, de repente, se fue la luz en todos los apartamentos. Uno solo tenía luz, era el de la señora Hámster, que vivía justo encima.


 Nosotros, por curiosidad, fuimos a su casa para preguntar que por qué ella tenía luz si en todo el edificio se había ido. Pero pegábamos, pegábamos y pegábamos a la puerta y nadie abría. Sabíamos que había alguien porque, al no haber luz en el pasillo, la de su apartamento era tan fuerte que salía por debajo de la puerta. Seguíamos llamando a la puerta y nadie la abría. Entonces, cansados de esperar, fuimos para nuestro apartamento y, una vez dentro, tuvimos que poner unas cuantas velas por toda la casa para poder ver.
       Cansados de todo el día nos sentamos algunos en el suelo y otros en el sillón y escuchamos a la señora Hámster arrastrando algo arriba. Después de hablarlo, fuimos corriendo otra vez para arriba, pero pegamos, pegamos y seguían sin abrir. Ya nos íbamos, cuando de repente se abrió la puerta. Nosotros, muertos de miedo, fuimos a ver qué había detrás de esa puerta. Abrimos, solo había una habitación y una puerta al fondo. Cuando entramos fuimos caminando y mi primo Mikel dijo:
        - Vámonos, que me da muy mala espina esto.

        Nos dimos la vuelta y la puerta había desaparecido y ponía algo escrito que decía:
No habríais tenido que entrar.
        Nosotros no sabíamos qué pensar, si entrar en la otra puerta o quedarnos allí, en esa habitación. Jorge, mi primo pequeño, abrió y vio que había unas escaleras que iban hacia abajo, que llegaban a otra puerta que ponía:
Número 1
         La abrimos y había un cuarto grande pero era extraño porque al fondo había un bosque y se veía una luz chiquitita que seguimos corriendo. Metidos en el bosque se hizo de noche, pero seguimos andando y entramos en una casa abandonada. Teníamos miedo pero entramos por curiosidad, por saber qué había dentro de la casa. Había muchas habitaciones y fuimos viendo una por una. En una de estas habitaciones encontramos una silla y una cama, sobre la que había una muñeca. Salimos a seguir viendo las habitaciones siguientes, pero no había nada interesante en las demás.
         Volvimos a la habitación de la silla y la cama y vimos que la muñeca ya no estaba en la cama, sino que estaba en la silla. La muñeca estaba rota y llena de porquería. La tiramos en la cama y cuando estábamos en el pasillo, escuchamos un grito que provenía de la habitación de la muñeca. Fuimos corriendo y vimos que ya no estaba la muñeca, pero había una puerta que ponía:
Número 2
        La abrimos y estaba todo oscuro, sólo había una bombilla que alumbraba una cuna de bebé. Nos acercamos y estaba la muñeca allí. Asustados, buscamos una salida, entonces vimos una puerta con un letrero que decía:
Número 3
          Pensamos que podríamos salir de allí, porque detrás de esa puerta estaba la primera habitación con la puerta principal en frente, pero allí estaña la muñeca, andando alrededor de la puerta esperándonos. Fuimos corriendo hacia la puerta y salimos corriendo hacia nuestros apartamentos. Sin embargo algo extraño ocurrió, nos despertamos todos a la vez y nos dimos cuenta que había sido un sueño, pero era una casualidad que todos hubiéramos soñado lo mismo. Decidimos ir a la casa de la señora Hámster y allí, junto a la puerta, estaba la muñeca con una nota que decía:
La muñeca de vuestras pesadillas, 
tened cuidado.

Zaira González González

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